El cereal con más propiedades dentro de la enorme gama que existe es la avena, pequeños granos que si bien solos son algo insípidos, acompañados de otros alimentos puede resultar bastante rico, y lo mejor de todo, enormemente nutritivos.
La avena tiene muchos nutrientes y en gran cantidad como lo son las proteínas o algunas grasas necesarias en el organismo de todo infante, pero los pequeños (a nivel general) no conocen mucho las bondades o el sabor de esta ya que suele reemplazarse por otros cereales más dulces y con un sabor que es del gusto de cualquiera. Por ende trataremos el tema sin el propósito de “cortar” el consumo de los otros cereales, sino más bien de integrar a la avena en el programa alimentario de cada niño.
Ya mencionamos anteriormente que la Avena no tiene un sabor como para atraer a quien la consuma, pero bien que podemos acompañarla de otros alimentos ricos en nutrientes y así lograr un plato que le brinde al niño todo lo necesario para crecer sano y fuerte.
Algunos de estos ejemplos sería comer avena con yogurt, una mezcla que se transforma de inmediato en una rica fuente de proteínas, y todo mejor aún si el yogurt es desnatado, a fin de evitar el consumo de muchas grasas.
También se le puede acompañar con jugos naturales que también cumplen una función de añadirle sabor a algo tan nutritivo, y si a esto le añadimos trozos de fruta picada, sería mejor aún.
Pero una de las formas conocidas a nivel de “recetas”, es la más básica de todas, tomar la avena, hervirla y, luego de revolverla bien, comerla caliente.
En fin, son muchas las maneras en las que el niño puede consumir avena, pero para comenzar a formar el hábito lo recomendable sería acompañar la Avena de alimentos como frutas para mantener un buen sabor.