Sabemos que en edad escolar los pequeños necesitan alimentarse bien, no tan sólo para lograr la relación ideal peso-salud, sino también para rendir de la mejor manera posible en el colegio.
Para conseguir todo esto sobre lo primero que hay que actuar es en la comida más importante del día, el desayuno.
Un desayuno nutritivo y completo además de ser rico puede evitar problemas como la fatiga, comer alimentos poco saludables a media mañana y unos cuantos dilemas más que a su vez hacen que el pequeño pierda concentración logrando así que no rinda con todo su potencial.
Pero para no desviarnos del tema, mencionemos que la “armadura” a la que hacemos alusión comienza con un buen desayuno, el que debiera poseer los nutrientes necesarios como los lácteos, las frutas, grasas (necesarias), y lo cereales, claro está, mediante una rica mezcla entre todos y con porciones que hagan del desayuno una deliciosa primera comida.
El almuerzo lmuchas veces se les brinda en los establecimientos educacionales, lo que puede ser una buena opción cuando el tiempo o las condiciones no son las mejores en los hogares propios.
Suponiendo que le hacemos el almuerzo para que lo lleven a la escuela, debemos asegurarnos de que lo coman y que el menú no sea víctima del disgusto de los niños, quienes muchas veces no les gusta lo más nutritivo.
Para evitar esto lo mejor es cocinar con la participación de ellos, dando opciones a los pequeños para elegir que prefieren comer. Un ejemplo de esto sería preguntarles qué ensalada prefieren de acompañamiento, apio o lechuga, ambas verduras son nutritivas, pero es el niño el dueño de la elección.
Para completar el día los niños necesitan una merienda (con los mismos ingredientes del desayuno) y la cena al final del día, ambas deben ser nutritivas y variadas, pero no tan contundentes en cuanto a tamaño de la porción debido que luego de éstas el niño pasará a dormir (por 9 horas o más) para comenzar un nuevo día, y como queremos que descanse bien, debe comer lo justo y necesario.