Muchos no suelen encontrar el punto intermedio entre hacer de cenar a los niños o no, ya que si lo hacen suponen que el pequeño dormirá mal o tendrá pesadillas comenzando al día siguiente con un mal rendimiento en la escuela.
Sin embargo si no come el pequeño podría despertar a media noche con fatiga y de todos modos no dormiría bien.
Es aquí donde la porción de alimento es la clave, así como también otros factores como por ejemplo la correcta elección de alimentos.
Sin dudas esta debe ser lo más ligera posible, ya que sólo cumple una función de no descansar con el estómago vacío.
Luego nos encontramos con la elección de los alimentos, señalando que incluso existen aquellos que ayudan al niño a dormir bien.
Algunos alimentos malos para consumir antes de dormir son: todo tipo de carnes o fuentes poderosas de proteína, ya que con éstos de seguro se dormirá mal, mientras que tampoco se debiera comer todo tipo de dulces o mucho líquido, esto último por razones obvias que ya saben los padres.
Así como hay alimentos malos, también existen alimentos recomendados para consumir antes de dormir, entre los más idóneos para adornar el plato en la cena podrían ser las papas, el arroz, o las pastas de todo tipo, concluyendo que los carbohidratos ayudarían a los niños a preservar un correcto descanso toda la noche.
Resumiendo, En pocas palabras podemos sacar como provecho que alimentar a los niños antes de dormir siempre será mejor que no hacerlo, sobre todo considerando que en su proceso de crecimiento necesitan absorber las cuatro comidas diarias, pero también enfatizando que las porciones marcan la diferencia.
Una cena nunca debiera ser tan abundante si seguimos la regla de que a medida que avanza el día las porciones van desminuyendo.