Uno de los requisitos más importantes que una persona debe cumplir al tomar fármacos para perder peso es tener un Índice de Masa Corporal (IMC) que revele un sobrepeso importante o bien obesidad (algunos fármacos indican especialmente un IMC por encima de 27).
Este factor es primordial ya que nos devela si existe una verdadera necesidad de tomar estos fármacos. Deberá ser un profesional sanitario el que valore el IMC y la necesidad o no de tomar medidas farmacológicas para combatir el sobrepeso.
Otra anotación importante es que estos fármacos para perder peso no deben interaccionar con la medicación que ya pueda tomar el paciente (esto dependerá del tipo de medicación) ni la persona deberá tener ninguna condición patológica que se viera agravada o perjudicada por estos medicamentos contra la obesidad.
Por todo lo citado es de suma importancia que sea el médico el que prescriba estos medicamentos, no pudiéndose adquirir en ninguna farmacia sin la correspondiente receta médica.
Los medicamentos para perder peso logran su acción porque bloquean la absorción de las grasas que ingerimos en la dieta. Es decir, la acción de estos medicamentos no permite que nuestro organismo absorba las grasas y logra expulsarlas mediante las heces.
Sí. Si no se siguen las recomendaciones dietéticas podemos tener una evacuación excesiva, una diarrea directamente relacionada con el medicamento. Además, podemos tener déficit de las vitaminas liposolubles (A,D,E y K) ya que éstas se transportan y absorben gracias a las grasas.
Cuando se realiza un tratamiento con fármacos para perder peso es importante seguir una dieta con bajo contenido en grasas ya que si el contenido es alto, el fármaco las expulsará pero esto será un efecto secundario, ya que habrá una excesiva evacuación de heces y con ella podemos perder también las vitaminas liposolubles.
Es importante también tener claro que estos medicamentos actúan sobre la grasa que se ingiere pero no sobre la grasa que ya se ha acumulado por lo que resulta indispensable realizar ejercicio físico al menos tres veces a la semana.