Las frutas con más poder alérgeno, es decir, con más capacidad para producir alergia son el kiwi, el melocotón, el melón y las fresas. La alergia provocada por estas frutas puede presentar diversa sintomatología, los síntomas expresados variarán dependiendo del grado de alergia que se tenga (leve, moderada o grave) y también dependerán de cuántas veces se haya expuesto la persona al alérgeno, es decir, de cuántas veces haya tomado ese alimento o esa fruta.
Para evitar que estas frutas provoquen alergia o bien para evitar las consecuencias más graves de la alergia (como el shock anafiláctico) es necesario tener en cuenta algunos consejos básicos.
Las frutas que son susceptibles de provocar alergia se introducen en la alimentación complementaria (la que se introduce para complementar la alimentación con la leche materna) a partir de los 9 meses de edad. A diferencia de otras frutas, como la manzana, que puede empezar a darse a partir de los 4 meses, frutas como por ejemplo el kiwi o el melón no pueden darse hasta los 9 meses, para minimizar así el riesgo de una reacción alérgica. Si ya existieran en la familia casos de alergia a los alimentos, se debe consultar con el pediatra ya que probablemente se retrase el momento para introducir dichas frutas.
Si somos alérgicos a algún alimento, al tomarlo por primera vez notaremos una determinada sintomatología. Puede tratarse de un picor en la lengua o de una pequeña erupción cutánea. Hay que estar alerta a estos síntomas porque nos indican que nuestro organismo está reaccionando frente a ese alimento. Es importante que si tomamos alguna fruta que puede provocar alergia y notamos algún síntoma de este tipo, no volvamos a tomarla o bien la tomemos próximamente en una cantidad mínima.
Si el cuerpo reacciona frente a un alérgeno es importante no exponerlo repetidamente a él, porque la reacción alérgica cada vez será más grave, pudiendo incluso llegar a un shock anafiláctico.