Los alimentos considerados como alimentos quemadores de grasas son aquellos que en su composición llevan algún complemento que ayuda a movilizar y quemar los depósitos de grasa del organismo. El problema es que estos alimentos utilizan una publicidad totalmente engañosa, ya que el hecho de contener uno de estos componentes no significa que el alimento en sí queme la grasa de nuestro organismo.
No hay ningún alimento que tenga un valor calórico negativo, es decir, que en vez de aportarnos energía la queme. Ni siquiera las hortalizas tienen un valor de este tipo, porque aportan calorías, aunque sean mínimas. El alimento que más se parece a un supuesto alimento de valor negativo es el agua, que tiene 0 calorías, es decir, no aporta ningún tipo de energía aunque tampoco la quema.
Veamos el ejemplo de unas galletas etiquetadas en el grupo de alimentos quemadores de grasas. Estas galletas tendrán un valor aproximado de entre 300 y 400 calorías por cada 100 gramos. Ahora bien, están enriquecidas con L- Carnitina (un aminoácido que ayuda a quemar grasas). Si tomamos 100 gramos de estas galletas no habremos quemado ningún tipo de grasa, es más, habremos incorporado un número importante de calorías a nuestro organismo.
Aunque en su composición encontremos sustancias como la L-Carnitina, el efecto quema grasas de ésta es prácticamente nulo si lo comparamos con las calorías incorporadas a través de las galletas.
Muchos de estos componentes que ayudan a quemar las grasas sólo son útiles si se toman de forma aislada, y en el caso de la L- Carnitina sólo es verdaderamente útil si se practica ejercicio físico intenso.
Con todo lo expuesto anteriormente se ve de forma clara que los denominados alimentos quemadores de grasas no tienen ninguna propiedad para hacernos perder peso, es más, si los tomamos de forma incontrolada pueden incluso ser los responsables de que nuestra dieta fracase.