Leche materna y beneficios de las fórmulas ricas en hierro
El bebé obtiene todos sus nutrientes de la leche materna o de una fórmula infantil fortificada con hierro hasta la edad de cuatro a seis meses, en los cuales no hay necesidad de completar su nutrición con agua, jugo o cereal en este momento.
Probablemente va a comer cada dos o seis horas y un consejo práctico a tener muy en cuenta respecto a la comprensión de sus necesidades es que, no todos los gritos son de hambre y puede que sea necesario establecer algunos límites, como horarios fijos para su alimentación y no cada vez que llore, por ejemplo.
La mayoría de los bebés lactantes comen por 10 o 15 minutos en cada pecho, a intervalos que oscilan entre una hora y media y 3 horas, en cambio los bebés alimentados con fórmula consumirán de 2 a 3 onzas cada 2 o 4 horas. Después de 8 semanas la alimentación del bebé debe estabilizarse adoptando un horario más predecible.
Respecto al uso de fórmulas es aconsejable evitar aquellas con bajo contenido de hierro, ya que son nutricionalmente inadecuadas para satisfacer las necesidades de un niño en crecimiento, debido a que estos tipos de preparados para lactantes al no contener suficiente hierro pueden poner al bebé en riesgo de desarrollar anemia o debilidad de la sangre por deficiencia de hierro, una condición que ha sido fuertemente asociada con deficiencias en el crecimiento y el desarrollo del bebé, incluyendo dificultades de aprendizaje.
Los especialistas establecen que las fórmulas fortificadas con hierro no causan estreñimiento, cólicos o reflujo gástrico y por lo tanto no se debe cambiar a una fórmula baja en hierro si su bebé presenta alguno de estos problemas.