Durante algunas etapas de la infancia el apetito de los niños sufre cambios y éstos empiezan a tener más preferencias por ciertos alimentos frente a otros. Esta condición dificulta que se pueda seguir una dieta diversificada y si no se consumen todos los grupos de alimentos el organismo sufre el riesgo de padecer algún déficit.
EL déficit de hierro comporta también una disminución en los glóbulos rojos y da lugar a una enfermedad conocida como anemia ferropénica.
Esta enfermedad conlleva los siguientes síntomas:
- Coloración azulada o pálida en los ojos
- Palidez en la piel
- Uñas quebradizas
- Mareos
- Debilidad
- Dolor de cabeza
...entre otros síntomas
Si la anemia no se encuentra aún en un estado avanzado es posible que no se desarrollen todos los síntomas.
El riesgo de sufrir anemia ferropénica se ve incrementado en aquellos bebés menores de 12 meses que no toman leche materna y en niños que toman bastante leche de vaca (dado que la leche de vaca dificulta la absorción del hierro).
Durante las etapas de crecimiento acelerado, tales como la adolescencia, también se ve incrementada la necesidad de hierro.
Para prevenir la anemia en niños se debe intentar que dentro de la dieta se consuman de forma habitual alimentos ricos en hierro, tales como las uvas pasas, el pan integral, el pescado, la carne (especialmente el hígado), las legumbres tales como las lentejas, y las yemas de huevo.
También se recomienda tomar zumo de naranja dado que la vitamina C es un gran aliado para facilitar la absorción del hierro ingerido en los alimentos.