La investigación ha demostrado que son numerosas las ventajas para la salud cuando se opta por una alimentación orgánica y más aún cuando se atraviesa por un estado tan delicado como el embarazo, donde tanto la madre como su bebé requieren de los mejores nutrientes, así como evitar todos los aditivos químicos que puedan contener los alimentos industriales o de explotación intensiva agrícola y ganadera.
Los cultivos convencionales de frutas y verduras son tratados con pesticidas, herbicidas y fungicidas, según las investigaciones llevadas a cabo en el Centro Columbia de Salud Ambiental Infantil de Nueva York, se demostró que los pesticidas son capaces de atravesar la placenta durante el embarazo, llegando a afectar el crecimiento fetal, de acuerdo a un artículo publicado en "Business Week" (2004).
Entre los frutos tratados en exceso con agroquímicos encontramos las manzanas, bayas, duraznos y peras, los cuales pueden afectar a los bebés que son particularmente vulnerables ya que su hígado y sistema inmunológico son menos eficientes para eliminar contaminantes.
En cambio los alimentos orgánicos ofrecen la seguridad de no contener productos químicos y son más ricos en vitaminas y minerales, que sus equivalentes no orgánicos, ya que son cultivados en los campos orgánicos donde el suelo es rico en nutrientes naturales, lo cual mejora su perfil nutricional.
La leche, huevos, carne y productos lácteos de origen orgánico también poseen ventajas nutricionales, al no encontrarse sometidos a las prácticas agrícolas y ganaderas intensivas.
Por ello la elección de productos orgánicos animales reduce el consumo de sustancias químicas que pueden causar enfermedades, debido a que los animales no reciben sustancias químicas artificiales, ya que los criados convencionalmente se someten rutinariamente a dosis de medicamentos, que incluyen antibióticos y hormonas de crecimiento.
La ciencia orgánica y bioquímica, afirma que estos agregados químicos pueden conducir a la aparición de cepas resistentes de bacterias, capaces de contaminar los productos cárnicos y su ingestión se ha relacionado con algunos tipos de cáncer, al contener hormonas de crecimiento sintéticas.