Más de una vez las revisiones pediátricas de los niños llegan a ser un verdadero trauma para los padres, puesto que al hacer el control de peso, el pediatra puede indicarles que se encuentra en un percentil bajo. De modo que, por seguridad, el pediatra hace ir a pesar a los niños una y otra vez.
Los percentiles son un modo de valorar el crecimiento del niño, tanto en peso como en altura. Se considera que el percentil cincuenta es la media, los que estén sobre este la superan y los que estén por debajo no llegan a ella.
Nos podemos encontrar con un niño en percentil diez, sobre todo estas situaciones se dan cuando son bebes, y un pediatra alarmista, que provoqué inquietud en los padres, diciéndoles que debe subir de percentil.
Hemos de pensar que no todas las persona somos iguales, ni todos somos altos, ni todos igual de gordos, por lo tanto, en los pesos y medidas de los niños ocurre lo mismo.
Los padres han de parar a pensar durante un momento si su
hijo está comiendo lo que se le ofrece, y si este muestra síntomas de quedar
con hambre.
No todos los niños son buenos comedores, de modo que si a un niño se le ve saludable,
sano y contento, probablemente no haya que darle más importancia al hecho de
que este en un percentil bajo.
Mientras uno mantenga el percentil entre los márgenes
establecidos y presenta vitalidad, no importa en qué número de percentil
se esté.
Lo preocupante es cuando ni siquiera se llegue al minino, en cuyo caso el especialista probablemente se incline por hacer pruebas al niño.
En muchos casos, no se deberá a un problema de salud o de mala alimentación, simplemente será consecuencia de que el niño es poco comedor o que queme muy rápidamente aquello que toma.