El cuerpo humano cuenta con un sistema inmunitario (de defensas) especialmente complejo y capacitado para hacer frente a numerosas amenazas externas causadas por virus y por bacterias. Entonces, ¿Por qué enfermamos? Esto se debe a un estado de debilidad de nuestro sistema inmunitario.
El sistema de defensas del cuerpo humano
funciona a la perfección si se dan las condiciones adecuadas, estas condiciones
son: una alimentación equilibrada (para que el cuerpo reciba todos sus
nutrientes y con ellos pueda funcionar correctamente) y unas condiciones
ambientales y personales adecuadas.
Estas condiciones pueden verse afectadas por los cambios de temperatura (el descenso de la temperatura supone una
amenaza para nuestro sistema inmune) y por factores personales tales como el estrés o el agotamiento.
Si detectamos algún síntoma como estrés o angustia, si nuestra alimentación no es la adecuada y si estamos atravesando un cambio estacional como el otoño, puede ser necesario ayudarnos de algunos complementos para minimizar el daño que pudiera sufrir nuestro sistema de defensas.
Antes de iniciar cualquier tratamiento con un complemento nutricional debemos tener muy claro dos conceptos:
-Los complementos nutricionales no deben sustituir jamás una alimentación equilibrada.
-El tratamiento a base de complementos nutricionales no debe darse de forma indefinida (recomendándose su uso sólo durante un período que va desde el mes hasta los tres meses, dependiendo del complemento).
Para fortalecer el sistema inmunitario nos podemos ayudar de varios complementos, destacamos dos:
La equinácea, que fortalece las defensas porque actúa aumentando las células responsables del funcionamiento del sistema inmune y la própolis, conocida por su gran actividad antiséptica (capaz de combatir microorganismos) y por su gran eficacia en problemas de garganta.
También se pueden encontrar en el mercado complementos nutricionales que contengan a la par equinácea y própolis, aunque por separado estas dos plantas también actúan de forma muy eficaz.