Son múltiples las causas por las cuales cuesta dormir bien y se presenta el insomnio, pero una de ellas puede ser una mala alimentación. Lo que ingerimos en la cena puede condicionar de una manera notable nuestro sueño.
Del mismo modo que en nuestra cena podemos encontrar un obstáculo que nos impida dormir correctamente, también podemos transformarla de manera que nos ayude a tener un mejor descanso. Para ello, deberemos tener unas sencillas pautas que nos permitan definir como alimentarse para dormir mejor.
El período de tiempo que debemos dejar entre la cena y la hora de ir a dormir debe ser de un mínimo de dos horas. Esto es así porque del modo contrario nos tumbaríamos mientras nuestro aparato digestivo está haciendo su función, esto incrementa el riesgo de sufrir acidez estomacal. La acidez se caracteriza por una molesta sensación de ardor que emana desde el estómago hasta partes más superiores del tubo digestivo.
El contenido de la cena es igual de importante. La cena debe ser ligera, esto no significa hacer una cena restrictiva y que nos deje con hambre. Una cena ligera es aquella en la cual el contenido de grasas debe estar bastante restringido.
Esto tiene una explicación. Al ingerir grasas el estómago tarda mucho en vaciarse, en comparación con otros nutrientes. Cuando se ingieren grasas el vaciamiento gástrico puede retrasarse hasta las tres horas posteriores a la ingesta.
Por el contrario, podemos incluir en nuestra cena hortalizas y frutas, juntamente con hidratos de carbono (preferentemente de tipo integral, por ejemplo los cereales) y las proteínas deberán ser bajas en grasas para evitar que la digestión se haga más larga de lo normal, estas proteínas son las del pescado blanco o azul y las carnes de pollo o pavo.
Finalmente para poder dormir mejor otro alimento recomendado a consumir es un vaso de leche tibia o caliente antes de acostarse ya que la leche contiene una sustancia (triptófano) que posee un ligero efecto sedante.