En realidad el motivo de controversia del huevo gira sobre el alto contenido de colesterol que reside en su yema, pero por simple razonamiento si este es el problema de base, la eliminación de la misma evitaría por completo la traba nutricional y no serían considerados dudosos para la salud.
El colesterol se ha planteado como el flagelo de la época actual, ya que la ciencia lo considera su enemigo acérrimo, por ser origen de muchas enfermedades y es este motivo el que ha promocionados a los huevos como peligroso, ya que contienen aproximadamente 200 mg por porción, sin embargo otras corrientes científicas no están de acuerdo con este planteo dietético, ya que para ellos el colesterol dietético en realidad no aumenta el colesterol orgánico.
Así por ejemplo un estudio llevado a cabo por la Universidad de Harvard analizó los hábitos alimenticios de más de 100.000 personas y concluyeron que el consumo de huevos todos los días en los individuos sanos, no aumentó el riesgo de enfermedad coronaria.
Entre los mitos más conocidos sobre los huevos se encuentra su relación con la perdida de peso, ya que muchas dietas lo omiten por su contenido graso que puede hacer engordar, debido a que el 60 por ciento de las calorías de los huevos provienen de la grasa. Sin embargo se ha demostrado que comer grasa saludable (de fuentes naturales, no trans) no engorda y los huevos son un alimento de calorías controladas, lo que permite un correcto diseño dietético que puede para maximizar la pérdida de peso.
Un huevo contiene tan sólo 70 calorías y posee un gran equilibrio nutricional con 6 gramos de proteínas y 5 gramos de grasa, combinación que estimula la producción de hormonas destinadas al aumento de la saciedad o sea que le indican al cerebro que estamos llenos facilitando la pérdida de peso.