La artrosis es una enfermedad del aparato locomotor que suele aparecer en personas mayores y es de carácter degenerativo y progresivo. La artrosis afecta a las articulaciones, concretamente al cartílago que se encuentra entre la unión de dos huesos. El cartílago se va degenerando, se torna más fino y los huesos empiezan a rozar los unos con los otros, provocando dolor en las articulaciones afectadas e impotencia articular, ya que la persona tiene serias dificultades para realizar los movimientos que afectan a esa articulación.
Uno de los factores que predisponen a sufrir artrosis y que la
empeoran si esta ya ha sido diagnosticada es el sobrepeso, por lo que mantener un peso adecuado debe ser una
prioridad para la persona afectada de artrosis.
Además, la artrosis es una enfermedad que no permite cualquier tipo de
actividad física y que además requiere
de descansos diurnos, descansos que deben ser compensados con una dieta
equilibrada para evitar la ganancia de
peso.
Por lo tanto, la alimentación de una persona que padezca artrosis debe ser una alimentación equilibrada y que tenga en cuenta el índice de masa corporal de la persona y la actividad física que ésta puede realizar.
Por lo tanto será necesario que las personas que padecen artrosis basen su alimentación en hortalizas, frutas, cereales (sobretodo en las comidas principales evitando un exceso en la cena) y grasas naturalmente presentes en los alimentos.
Se debe evitar llevar una comida rica en grasas, por lo tanto se recomienda hacer un consumo no excesivo de carnes como la del cerdo o pescados como el salmón, también se debe restringir cualquier tipo de bollería industrial, así como dulces o pasteles, consumiéndolos sólo de modo esporádico.
Es importante que la persona afectada controle periódicamente su peso para evitar ascensos bruscos y fije una rutina diaria de ejercicios de bajo impacto como Pilates y gimnasia en el agua.