Las enfermedades propias del otoño y del invierno, como son la gripe y el resfriado, en muchas ocasiones son tratadas con fármacos, pero únicamente requieren de reposo y de cuidados naturales, ya que son enfermedades víricas y como tales necesitan seguir su curso. Para aliviar la molesta sintomatología que pueden producir, podemos ayudarnos de remedios naturales como por ejemplo las infusiones balsámicas para los catarros.
En un estado catarral, gripe o resfriado, hay un aumento de mucosidad en el tracto respiratorio, generalmente esto comienza como una congestión nasal, pero en muchas ocasiones la mucosidad se extiende hasta las vías respiratorias bajas, como son los bronquios.
Cuando la mucosidad ha descendido hasta este punto, las vías respiratorias disminuyen su diámetro debido a que hay moco en su interior, esto produce tos y respiración dificultosa.
Algunas plantas producen un efecto balsámico, es decir, abren las vías respiratorias, ayudan a su descongestión y favorecen la expulsión de la mucosidad. Además, si tomamos estas plantas en forma de infusión, el hecho de ingerir una mayor cantidad de líquido también ayuda notoriamente a hacer el moco menos espeso para expulsarlo mejor.
Por excelencia las infusiones de menta y las de eucalipto. Estas plantas tienen un gran poder balsámico y favorecen la respiración. Si además de mucosidad tenemos molestias en la laringe también podemos tomar tomillo, que es un gran antiséptico para la mucosa respiratoria.
Podemos encontrar en el mercado algunas infusiones ya preparadas que contienen diversas plantas para ayudarnos a mejorar nuestro estado gripal.
Además de tomar infusiones balsámicas para los catarros, si buscamos una pronta recuperación, también es importante poder hacer reposo (mejor con sudoración), beber mucho líquido en general, tomar alimentos calientes y restringir la leche.