Hacerse vegano requiere de mucha responsabilidad, ya que se deberán incorporar conocimientos y asesoramiento profesional, para no caer en errores nutricionales que provocarían el efecto contrario al que se busca o sea un cuerpo saludable. A diferencia de una dieta lacto-ovo vegetariana, una de las más difundidas a nivel mundial y que incluye a los lácteos y los huevos, la dieta vegana no los contempla, por ello las deficiencias proteicas y de ciertas vitaminas puede manifestarse.
Este tipo de alimentación puede hacer más difícil entonces la obtención de otros nutrientes tales como el calcio, las vitaminas D y B-12, que se encuentran casi exclusivamente en alimentos de origen animal, por lo cual será indispensable en una dieta vegana estricta incluir suplementos o alimentos fortificados, para asegurar la incorporación de dichos nutrientes.
Otros nutrientes esenciales que también pueden dificultar su obtención en este tipo de dieta vegana son; el zinc y el hierro, a pesar de que muchos alimentos de origen vegetal los contienen como los cereales integrales y legumbres, sin embargo son menos biodisponibles a diferencia de los provenientes de fuentes de origen animal, situación que lleva por lo general a duplicar su consumo en las fuentes vegetales, conociendo las correctas combinaciones para su mejor aprovechamiento, como es caso de la vitamina C y el hierro.
Los veganos en ciertos casos presentan riesgo a desarrollar deficiencias de yodo, mineral que en niveles reducidos afecta el normal funcionamiento de la glándula tiroides o en casos graves provocar bocio, enfermedad que puede a su vez ser provocada también por ciertos alimentos de origen vegetal que los veganos consumen, pero este es un problema que se puede obviar agregando sal yodada a los alimentos.
Otro factor a tener en cuenta es
el consumo de grasas, ya que si bien para la mayoría de las personas una dieta
baja en grasas es saludable, en el caso de los veganos al no consumir sus
principales fuentes o sea los productos de origen animal, puede presentar una
deficiencia y ésta puede poner en riesgo la salud, aumentando el riesgo de
sufrir un derrame o hemorragia cerebral.
Las fuentes de grasa recomendables para los veganos son los frutos secos
como las nueces y los aceites saludables, como el de oliva, cuyo consumo
diario debe oscilar en un 30 por ciento de sus calorías diarias totales.