Antes de adentrarnos en los posibles riesgos de una dieta baja en proteínas veremos las características que hacen imprescindible este macro nutriente.
Las proteínas son un grupo de macro nutrientes (esto quiere decir que las encontramos en grandes proporciones en la alimentación) que son imprescindibles para mantener un buen estado de salud ya que cumplen una importante función estructural.
Las proteínas son las encargadas de formar nuestra estructura muscular (y también dérmica) y mantener su tono, además, las proteínas también forman los anticuerpos (piezas clave en nuestro sistema de defensas) y los aminoácidos (las fracciones más pequeñas de las proteínas) forman parte de importantes moléculas como los ácidos nucleicos (ADN y ARN).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en una dieta equilibrada se debe ingerir un 15 % de proteínas diariamente (hidratos de carbono en un 55 % y lípidos en un 30 %). Esta cantidad se alcanza fácilmente comiendo una o dos piezas de proteína al día, de carne, pescado, huevos o proteínas vegetales (legumbres, soja o seitán).
Del mismo modo que las dietas hiperproteicas
pueden resultar muy graves para el organismo (sobre todo si se utilizan para
perder peso), una dieta baja en proteínas
también puede resultar nefasta.
Uno de los mayores riesgos de no comer las
suficientes proteínas es perder el tono muscular, lo que no sólo puede afectar
a la movilidad y rendimiento deportivo sino también al metabolismo (ya que el
músculo es el gran regulador de nuestro metabolismo).
Además, una dieta baja en proteínas puede hacer
mella sobre nuestro estado de ánimo, haciéndonos notar faltos de energía y
fatigados tanto a nivel físico como a nivel mental.