Veamos primeramente por qué es tan necesario reducir las grasas de la dieta. Existen un tipo de grasas llamadas saturadas, trans e hidrogenadas que además de engordar resultan muy peligrosas para la salud, lamentablemente, en la sociedad actual se consumen prácticamente de forma diaria.
Si no las logramos reducir vamos a ver que es muy difícil mantener nuestro peso pero que también la calidad de nuestra salud va a ir menguando y podemos empezar a tener colesterol, entre otras enfermedades.
Para llevar una dieta saludable es muy importante identificar estas grasas nocivas y reducirlas, veamos cómo.
Lo primero que debemos hacer es aprender a reconocer dónde están presentes estas grasas. La carne grasa y los embutidos las contienen, así como múltiples productos elaborados.
Para identificar aquellos productos elaborados que contienen este tipo de grasa es necesario leer su composición.
Siempre que encontremos aceites vegetales como el de palma, grasa vegetal, manteca de cerdo, grasa parcialmente hidrogenada… Estamos ante un producto rico en grasas nocivas, la mejor opción, no consumirlo.
Ahora que ya conocemos cuáles son las grasas más nocivas para nuestra salud es momento de cambiar nuestra dieta y dejar fuera todo este tipo de alimentos que en nada nos ayudan.
Si queremos que este paso nos ayude a perder peso o a mejorar nuestra alimentación no basta con excluir las grasas nocivas sino que es importante acudir a otros alimentos que debemos comer todos los días: cereales, verduras, hortalizas y frutas.
Reducir las grasas de la dieta no es garantía de tener una buena alimentación. Las grasas son necesarias en nuestra alimentación, un 30 % de lo que comemos deben ser grasas o lípidos, pero grasas saludables. Una vez excluidas las grasas saturadas debemos incorporar a nuestra dieta grasas saludables: frutos secos, aceite de oliva y pescado azul.