Antes de adentrarnos en los riesgos de los
edulcorantes artificiales vamos a ver exactamente en qué consisten y por qué se
diferencian de los edulcorantes naturales.
Un edulcorante es aquella sustancia que aporta dulzor y en esta definición entran tanto sustancias artificiales como naturales.
Los edulcorantes naturales son los que están presentes de forma natural en los alimentos, como por ejemplo la fructosa o la lactosa. Además, dentro de este grupo también encontraríamos el azúcar moreno y blanco (aunque estén procesados) y la miel.
Los edulcorantes artificiales son aquellas sustancias de síntesis que endulzan aportando un valor calórico que es prácticamente nulo. Están a la orden del día porque son muchas las personas que habitualmente consumen productos light y generalmente estos productos no contienen azúcar pero sí un buen número de edulcorantes artificiales.
Existe una gran variedad siendo los más utilizados los siguientes:
¿Cuáles son los riesgos de los edulcorantes artificiales?
Actualmente no hay aún ningún consenso que
reúna a todos, éste sigue siendo un tema de controversia.
Los últimos estudios realizados sí señalan que hay una relación entre
edulcorantes como la sacarína y el aumento de casos de cáncer.
En otros casos existe evidencia comprobada. Los edulcorantes del grupo de los ciclamatos han sido prohibidos en Estados Unidos ya que se ha demostrado que causan cáncer de vejiga en animales.
Lo cierto es que ante estas dudas es más conveniente ingerir calorías de edulcorantes naturales como la miel dentro de una dieta equilibrada que tomar edulcorantes artificiales, que si bien no aportan calorías pueden menguar de forma muy grave nuestra salud.
Además uno de los principales riesgos de los
edulcorantes artificiales es que pueden resultar contraproducentes en una dieta
de adelgazamiento.
Si bien no contienen calorías, al tratarse de sustancias completamente
sintéticas sobrecargan nuestro hígado, que es el órgano que las debe
metabolizar y esto puede interferir en una correcta gestión de las grasas y sin
un hígado en forma no es posible adelgazar de forma adecuada.
Una salud natural está reñida con la toma de edulcorantes artificiales.