El aporte de fósforo es importante durante todas las etapas de nuestra vida pero especialmente en la infancia dónde aún siguen creciendo las estructuras óseas y donde se formará la dentadura definitiva de la persona tras haber perdido los dientes de leche.
Para esto es imprescindible el
calcio pero este mineral no puede fijarse en los huesos sin la intervención del
fósforo.
El fósforo está presente en carnes, pescados, huevos y lácteos, aquellos alimentos que sean ricos en proteínas también serán ricos en fósforo.
Con un aporte correcto de fósforo durante la infancia aseguraremos un correcto desarrollo de los huesos y la dentición previniendo las patologías del sistema óseo y un correcto desarrollo y resistencia muscular (ya que el fósforo fija el calcio y el calcio juega un papel fundamental en la contracción muscular).
El fósforo está especialmente indicado durante la infancia debido a que el cuerpo forma nuevas estructuras pero su ingesta se debe continuar tras ésta para mantener de forma saludable esas estructuras creadas durante la infancia.
La ingesta recomendada de fósforo que dictan las autoridades europeas es de 550 mg. diarios, esta cantidad ya se asimila con un correcto aporte de carnes.