Regular el tránsito intestinal a través de la fibra constituye una alternativa natural y saludable a problemas intestinales como la diarrea, el estreñimiento e incluso síntomas de indigestión como la pesadez, los gases o la sensación de hinchazón.
La fibra que podemos ingerir para regular el tránsito intestinal es la fibra dietética. Esta fibra se encuentra en multitud de alimentos pero especialmente en las frutas, verduras, hortalizas, en el pan integral y en otros productos elaborados a base de cereales integrales.
La característica que hace que la fibra tenga propiedades terapéuticas en problemas intestinales es su insolubilidad. Decir que la fibra es insoluble significa que nuestro cuerpo no la puede absorber, por lo tanto, al pasar por los intestinos la fibra ejerce un efecto de limpieza y aumenta el volumen fecal. Por esto es útil para tratar problemas de estreñimiento sobretodo en personas que padecen hemorroides, ya que minimiza el esfuerzo al aumentar la masa fecal.
No obstante, para que la fibra en nuestro organismo tenga este comportamiento es indispensable acompañar su ingesta con grandes cantidades de líquido. El líquido que ingerimos debe facilitar que la fibra recorra los intestinos ya que si ingerimos fibra sin ingerir una importante cantidad de líquido ésta puede crear una obstrucción intestinal y provocar en la persona problemas de estreñimiento.
Ingerir la fibra sin grandes cantidades de agua es útil para aquellas personas que tengan un problema por excesivo tránsito intestinal y quieran reducirlo pero no en aquellas personas que necesitan aumentarlo.
Se aconseja que los líquidos que se tomen en una dieta aumentada en fibra tengan como base el agua y la fruta. Esto ayuda a llevar una dieta más equilibrada y regular el tránsito intestinal a mejorar los hábitos de vida. Se puede tomar agua, infusiones o zumos naturales.