Los cólicos en el bebé se definen cuando se presenta un estado de llanto y agitación que dura más de tres horas diarias y que se prolonga por un tiempo superior a las tres semanas.
Este estado de nerviosismo puede deberse a dolores abdominales, alergias o gases, aunque ninguna de estas causas está completamente demostrada. También se apunta a una posible sobrecarga de estímulos o a una incorrecta técnica en la lactancia materna.
Lo primero que deben hacer los padres ante esta situación es llevar al bebé a una visita rutinaria con su pediatra ya que es importante descartar cualquier enfermedad que curse con una sintomatología similar a los cólicos.
Entre los posibles factores que causan cólicos destacan los psicológicos, a veces un estado de tensión familiar deriva en un problema de cólicos y con cambiar positivamente la conducta paterna es suficiente.
Para descartar que la causa del cólico sea alérgica (alergia a la proteína de leche de vaca) la madre debería eliminar de su dieta la leche de vaca mientras le esté dando el pecho a su hijo. Tampoco se recomienda que la madre sustituya la leche de vaca por la leche de soja, ya que se ha visto que en muchas ocasiones los bebés muestran la misma intolerancia cuando la madre introduce este cambio en su dieta.
Finalmente, si el factor causante fuera un problema gastrointestinal (una alteración en la motilidad de los intestinos) se puede plantear cambiar la leche del niño si éste ya toma una fórmula adaptada y escoger una que sea específica para los cólicos. Estas fórmulas llevan en su embalaje las siglas A.C. (anti cólicos).
Cuando los cólicos ya están presentes, aquí tenemos algunos consejos y trucos de cómo actuar para aliviar los cólicos y detener el llanto del niño.