Toxoplasmosis y Embarazo
La Toxoplasmosis resulta peligrosa durante el embarazo porque puede afectar la salud del Bebé, pero puede evitarse.
La toxoplasmosis es una infección parasitaria trasmitida por algunos animales, se da especial alerta a aquellas personas que poseen gatos, y produce unos síntomas muy similares a una gripe común, dolores musculares, malestar general e incluso fiebre.
Por lo general la mayor parte de la población adquiere esta enfermedad sin ser consciente de ello, y una vez que se ha pasado quedas inmunizado, porque la infección no se repite dos veces en una misma persona.
El detectar si eres inmune o no, se mirará en la primera analítica que solicite tu especialista, sin embargo, son muchas las mujeres que al recibir los resultados de sus análisis quedan asustadas por no ser inmunes, primero ,porque se le habla de una enfermedad que no conocían, y segundo porque crea un estado de inseguridad en la embarazada.
La toxoplasmosis en si no implica un peligro para la madre embarazada, pero si para el feto, puesto que si la madre pasa la infección en el embarazo puede trasmitirla a este, y podría o no provocarle ninguna enfermedad, o por el contrario producirle daños en algún de sus órganos, como los ojos o el corazón.
La primera analítica te indicará no solo si eres inmune al parasito, sino que puede indicar si estas pasando, desafortunadamente, por la enfermedad en ese momento, en cuyo caso el médico te prescribirá un antibiótico, en prevención del contagio del feto. Sin embargo, la intranquilidad se albergará en tu cuerpo, pues no existe modo certero de averiguar si el feto ha sufrido algún tipo de consecuencia hasta que nazca.
Por lo tanto, tienes dos opciones aconsejables si estas buscando un bebe, que hagas una analítica previa para saber si eres inmune, o que, sin analítica previa decidas hacer prevención sin estar aun embarazada siguiendo las reglas básicas en la alimentación para evitar contraerla.
Tan terrorífico puede ser el no ser inmune a esta enfermedad, como sencillo es el intentar prevenirla, puesto que básicamente es cuestión de seguir unas reglas alimentarias, y claro esta, no tener contacto con el gato que tienes en casa.
Básicamente, en la alimentación tendrás que tener cuidado en lavar bien las frutas y las verduras, puedes utilizar para ello lejías espéciales que se venden para alimentos, e intentar no consumir estos alimentos fuera de tu casa, para estar bien segura de que la limpieza es la debida.
No podrás comer embutidos crudos, y el jamón serrano es uno de los que quedan específicamente prohibidos. También habrás de evitar las vísceras (el hígado, los sesos, los riñones…), el paté y los huevos crudos, además de todas las salsas que los puedan contener como la mayonesa.
El queso fresco los quesos blandos o todo tipo de queso no pasteurizado también se eliminaran de tu dieta.
Hay que tener un especial cuidado en la preparación de la carne y de los pescados, dará igual como los cocines, pero eso sí, tendrán que estar totalmente hechos, no podrás comerlos crudos o poco hechos.
