Primero vamos a ver dónde reside la necesidad de que los alimentos fritos sean más saludables.
Bien claro debe constar que los alimentos fritos deben ser de consumo esporádico porque ingresan muchas grasas a la dieta, pero además, la calidad del aceite y la técnica con la que se fríe son determinantes para las propiedades finales del plato.
Cuando freímos debemos controlar la temperatura del aceite ya que un calor excesivo puede transformar su estructura química y entonces estaríamos comiendo grasas trans, es decir, grasas manipuladas de forma química que resultan nocivas para nuestro organismo pues adquieren una estructura química distinta.
A continuación vamos a ver todas aquellas consideraciones que debes tener en cuenta para poder elaborar unos fritos más saludables:
El aceite de oliva sin lugar a dudas es el más sano. En ocasiones puede tener un sabor muy fuerte pero podemos adquirir un aceite de menor acidez. El aceite de oliva tolera mejor las altas temperaturas que el aceite de girasol y esto nos asegura poder acabar tomando unas grasas saludables.
Vigila que el aceite no humee. Si el aceite se quema empieza a desprender un humo blanco y esto indica que su estructura química está cambiando. Una buena manera de controlarlo es no freír jamás sobre los 180 grados centígrados.
Deja los alimentos fritos en papel absorbente. Si dejamos enfriar los alimentos sobre papel absorbente el contenido de grasas que ingerimos es mucho menor, ya que parte del aceite ha sido absorbido por el papel.
Debes cambiar el aceite cada 3 o 4 usos. Si no lo haces así las propiedades del aceite cambian y dejan de ser tan saludables. Además, los alimentos empezarán a absorber una mayor cantidad de grasas.
Finalmente si tomas en cuenta estas consideraciones ya sabrás cómo cocinar unos fritos más saludables y lo notarás en tu salud, en tu peso y también en el sabor de los alimentos, que quedan menos viscosos y acaban siendo más nutritivos.