En el transcurso del primer año de vida el niño va a experimentar un crecimiento importante ya que aproximadamente va a doblar su peso así como la mitad de su talla. Durante este periodo todas las necesidades energéticas van a ser cubiertas por la leche materna o bien la leche adaptada para lactantes. Es necesario mencionar que cualquier alteración nutritiva en este período podría comprometer la salud del recién nacido.
Posteriormente, entre el segundo y el tercer año de vida se suele ganar aproximadamente 6 Kg. de peso y unos 20 cm. de talla. Para cubrir adecuadamente este período el niño ya debe haberse habituado a una alimentación complementaria a la leche que se debe introducir entre los 4 y 6 meses de vida, siguiendo siempre las pautas de su pediatra.
Finalmente, desde los 3 años hasta la pubertad (aproximadamente hasta los 12 años) encontramos una etapa caracterizada por una importante ganancia de peso (aproximadamente 25 Kg.) y un aumento aproximado de la talla de unos 50 cm. Durante esta etapa es importante que el niño siga una dieta equilibrada dónde estén presentes todos los grupos de alimentos para así facilitar que este crecimiento se de de forma correcta, asegurándonos que los diferentes alimentos son ingeridos por el niño podemos estar seguros de cubrir sus necesidades calóricas.
La última fase de crecimiento no corresponde exactamente a la infancia sino a la adolescencia y este crecimiento se caracteriza por tener un ritmo bastante rápido y también se acompaña de cambios importantes en el tamaño, forma y composición del cuerpo.
Una segunda parte sobre la importancia de la cantidad de calorías consumidas.