El Colesterol es indispensable para la vida, aunque niveles altos perjudican al cuerpo Además se debe distinguir entre colesterol LDL, llamado comúnmente colesterol malo, y colesterol HDL o colesterol bueno. Un nivel alto de colesterol LDL en sangre aumenta el riesgo de accidentes vasculares e infartos. El colesterol HDL permite contrarrestar los efectos nocivos para la salud del exceso de colesterol LDL.
La grasa de los alimentos puede ser grasa insaturada (monoinsaturada o poliinsaturada) o grasa saturada.
La grasa saturada, aún siendo de origen vegetal, eleva los niveles de colesterol malo en sangre (colesterol LDL). Las grasas saturadas suelen ser sólidas a temperatura ambiente, y entre ellas están los aceites de coco, palma y palmiste, la manteca de cacao y todas las grasas de origen animal.
Las grasas insaturadas
(poliinsaturadas o monoinsaturadas) suelen ser líquidas a temperatura ambiente.
Las poliinsaturadas permiten reducir los
niveles de colesterol en sangre, mientras las grasas monoinsaturadas elevan los niveles de colesterol bueno (colesterol HDL), permitiendo contrarrestar excesos en los niveles de
colesterol LDL.
Ejemplos de grasas poliinsaturadas son los aceites presentes en las nueces, la
soja o el sésamo, mientras las grasas monoinsaturadas más habituales en la
alimentación corresponden al aceite de oliva, a los cacahuetes y, de nuevo, a
las nueces.
Grasas trans: Cuando un aceite vegetal insaturado se somete a hidrogenación, pasa a ser un tipo de grasa saturada denominada trans. El término trans hace referencia a la estructura tridimensional de la molécula. El abuso de grasas trans se relaciona con niveles elevados de colesterol LDL.
Los beneficios de las grasas vegetales en el tratamiento del colesterol sólo se obtienen con el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos poliinsaturados. Pero cuando una persona presenta elevados niveles de colesterol en sangre, puede aprovechar la protección adicional que aportan las grasas vegetales monoinsaturadas.
Los beneficios de las grasas
vegetales para el corazón y las arterias radican en su acertada combinación.
Una alimentación equilibrada requiere un aporte de grasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas en proporciones aproximadamente iguales.