La vitamina E se ha denominado muchas veces la vitamina de la juventud y de la belleza, por su importante papel en la protección de nuestras células, pero tiene muchas propiedades más favorables en nuestro organismo como:
Por lo general no se suele encontrar una deficiencia de esta vitamina en el organismo, pero si la padecen son persona que tienen dificultad de generar bilis o sintetizar jugos gástricos, funciones indispensables para su correcta absorción.
También en personas que tengan periodos de irritabilidad, o de cansancio generalizado, así como situaciones provocadas por una mala circulación como piernas hinchadas, varices, altos niveles de colesterol.
Pero antes de realizar un auto diagnóstico de si existe carencia de vitamina E se ha de consultar a los médicos, quienes podrán definir si estos síntomas son causa de otras posibles afecciones.
La vitamina E la podemos encontrar en el germen de trigo, semillas de girasol, nueces y almendras, en las espinacas enlatadas, en el aceite de origen vegetal, como el de soja, girasol, sésamo y oliva. La dorada es un pescado rico en esta vitamina E, así como el aceite de hígado de bacalao o la mayonesa.