Basar una alimentación en una dieta equilibrada no es fácil, mucho menos cuando se trata de niños.
Lo primero a tener en cuenta (independientemente del peso del niño) es que ningún tipo de bollería debería estar presente de forma habitual en la dieta de nuestro hijo. Los niños pueden comer este tipo de alimentos si no coexiste ninguna enfermedad que lo contraindique pero en ningún momento se pueden dar diariamente dado que este tipo de alimentos son ricos en grasas no saludables.
Lo mismo sucede con todos los alimentos que para ser cocinados pasan por un proceso de fritura. El niño debe comerlos al igual que su familia pero en ningún momento se pueden cocinar alimentos fritos diariamente dado que estas frituras suelen hacerse en aceite de girasol, este aceite, a pesar de ser vegetal, tiene un alto contenido en grasas no saludables.
Todo lo contrario es lo que se debe intentar lograr con las frutas y las hortalizas. Se recomiendan cinco raciones diarias de cada una.
Para que un niño se habitúe a tomar fruta y verdura esta debe estar presente de forma diaria. Las frutas en las comidas, cenas , desayunos y meriendas y las verduras en las comidas y cenas.
Para los demás grupos de alimentos se recomienda un consumo adecuado teniendo en cuenta que las proporciones de una dieta equilibrada son las siguientes: 55% de hidratos de carbono, 30 % de grasas y 15 % de proteínas.
Para cocinar los alimentos se recomienda utilizar aceite de oliva dado que éste aceite es beneficioso para la salud y su contenido calórico no es excesivamente alto comparado con otro tipo de aceites.