Durante el otoño y el invierno, especialmente debido al cambio brusco de temperatura las defensas naturales de los niños se debilita.
Esta debilidad del sistema inmunológico de los niños es debido a que sus defensas aún se están formando en la etapa de crecimiento y estas condiciones de vulnerabilidad favorecen que el niño se pueda contagiar por diversos microorganismos que causan generalmente afecciones respiratorias.
Durante la infancia está recomendado estimular el sistema de defensas ya que se ha comprobado que las afecciones respiratorias repetidas durante la infancia son causa de enfermedades pulmonares en el adulto.
Por tanto, el estado de salud de un niño condiciona la salud a largo plazo.
Las defensas de los niños se pueden fortalecer de varios modos e incluso se puede compaginar más de una terapia.
Los complementos nutricionales específicos para niños dan muy buenos resultados, únicamente se deberá tener en cuenta que el tratamiento con éstos no debe alargarse más de unos dos o tres meses aproximadamente y que los meses de tratamiento deben coincidir con el cambio de estación.
Los complementos por excelencia que actúan protegiendo las defensas son: la própolis y la equinácea.
Alimentación para las defensas del niño
Otro modo de asegurar un correcto nivel de defensas durante todo el año es la alimentación.
Para que la alimentación repercuta de modo favorable en el sistema inmunitario del niño se deben consumir frutas y verduras de manera diaria.
Para evitar las afecciones respiratorias características del otoño y del invierno se deben evitar las bebidas frías y aumentar la ingesta de líquidos. Es preferible que todos los líquidos que se ingieran sean tibios o calientes.
También se debe tener en cuenta que si el niño está acatarrado y presenta gran mucosidad se deberá restringir la leche hasta que mejore ya que ésta debido a su composición tiene la propiedad de crear más moco.
Finalmente cabe mencionar que algunos preparados homeopáticos pueden ser muy útiles para prevenir las enfermedades relacionadas con el invierno aumentando las defensas en los niños.