La ciencia establece en la actualidad que la alimentación durante el embarazo y el amamantamiento, es fundamental para el proceso de gestación y desarrollo del bebé, así como para que este adopte sus gustos por alimentos saludables a futuro. Según nuevos estudios las preferencias de los niños sobre los alimentos comienzan a gestarse en el útero.
Además la leche materna que representa el primer alimento que el bebé recibe inmediatamente después de nacer, transfiere los sabores de los alimentos, por lo tanto es de suma importancia la dieta de la madre en lo que respecta a los futuros gustos por los alimentos de su hijo.
La nutrición infantil recomienda alimentar al bebé con los cuatro grupos básicos de alimentos diarios o frutas y verduras, alimentos ricos en almidón, alimentos ricos en proteínas y productos lácteos. Los vegetales son un grupo de alimentos que por lo general los niños se niegan a comer, a medida que crecen, por ello una forma de educación que puede ayudar con este problema, es hacer que ayude a elegir las verduras en la tiendas, para que así comience a desarrollar una relación con los alimentos.
Los alimentos cocidos recomendados y ricos en hidratos de carbono son el cuscús, el arroz y la pasta, así como los ricos en proteínas que deben consumirse una o dos veces al día, son la carne o las lentejas, los lácteos como el queso es importante por su riqueza en calcio, pero debe incluirse de a poco y pequeñas cantidades, evaluando cómo reacciona a su consumo, por posibles alergias o intolerancias.
Hacer que el niño participe de la elaboración de los alimentos es muy importante, ya que los mismos aromas suelen causar efectos positivos o estimuladores del apetito, aunque no sean los alimentos que el consume normalmente, ya que la meta es que se relacione con los futuros alimentos que consumirá.