La própolis o propóleo es una sustancia que primeramente las abejas obtienen de la corteza de los árboles y que después trasladan a su colmena dónde la acaban de elaborar y se sirven de ella como antibiótico para que proteja la colmena de virus, bacterias y hongos.
Su composición es rica en minerales y también en vitaminas, destacando las vitaminas del complejo B y la provitamina A.
La composición de la própolis la dota de sus propiedades terapéuticas tales como la antibiótica, la antiviral, antiinflamatoria, analgésica y anestésica.
Todo esto hace que la própolis pueda ser un buen tratamiento para un resfriado ya que esta enfermedad es infecciosa y de origen vírico y provoca una sintomatología que abarca, fiebre leve, inflamación de las vías respiratorias altas (faringe), malestar general y congestión nasal.
La própolis puede ayudar especialmente a que haya una menor carga vírica en el organismo y será muy efectiva para tratar la inflamación de la faringe y el malestar general.
Debido a su composición completamente natural constituye un modo efectivo de ayudar a los niños a superar estados catarrales, especialmente aquellos que cursan con afecciones de garganta.
Las formas de administración de própolis, son diversas, los preparados comerciales más comunes suelen ser jarabe, espray bucal y gotas. Las gotas pueden ser realmente útiles para aplicarlas en niños ya que se pueden mezclar sin ningún problema con la leche o con jugo de frutas.
Además, la própolis es una excelente opción para aquellos niños que se resfriados frecuentemente ya que no sólo se puede utilizar como tratamiento sino también como preventivo dando muy buenos resultados.
La gran ventaja del Própolis para niños resfriados es que permite no medicar en exceso a los niños y tratar sus patologías leves (como el catarro) de forma natural y acorde con su organismo.