El cromo resulta un mineral imprescindible para el mantenimiento de la glucemia o glucosa en sangre.
Esto verdaderamente es muy importante para un buen control del peso y del apetito: si la glucosa en sangre se dispara se activa en exceso la insulina y gran parte de esa glucosa se va a almacenar en forma de grasa y si la glucosa en sangre disminuye drásticamente sentimos una gran necesidad por tomar alimentos dulces, que después, nuevamente, van a hacer que se disparen los niveles de glucosa.
Si tenemos unos correctos niveles de cromo, nuestros niveles de glucosa se van a mantener estables, esto significa que si no nos saltamos ninguna de las comidas principales, no vamos a tener esa necesidad de estar todo el día rodeando la nevera, y al fin y al cabo, picando y siguiendo así una alimentación que no es saludable y que puede perjudicar nuestro peso.
Antes de incluir en nuestra dieta diaria cualquier complemento nutricional que contenga cromo también es importante que intentemos conseguir unos buenos niveles de cromo a partir de alimentos naturales.
Las fuentes alimentarias de cromo son las siguientes: setas, levadura de cerveza, pimienta negra, cereales integrales, queso y hierbas aromáticas.
Si sufrimos un hambre exagerada que nos hace picar entre horas es importante que intentemos consumir algunos de estos alimentos de forma diaria para así intentar aumentar nuestros niveles de cromo a partir de nuestra alimentación.
Si utilizamos algún complemento nutricional con cromo controlando el apetito entre comidas debemos saber que el cromo no interacciona con ningún fármaco y que no se han descrito efectos adversos.
Pero sí es importante recordar aquí dos puntos: las personas con diabetes deberán tener bien controlados sus niveles de glucosa (el cromo los puede disminuir) y obviamente ningún complemento nutricional está destinado a sustituir una dieta equilibrada.