El cromo es un mineral que interviene en procesos de gran importancia en nuestro organismo: se trata de un oligoelemento indispensable para regular el metabolismo de los azúcares y también para actuar sobre el control de la absorción de los hidratos de carbono.
Paralelamente, actúa sobre la secreción de insulina y favorece el paso de la glucosa hasta el interior de las células, para que así éstas puedan aprovechar toda la energía obtenida a través de los hidratos de carbono.
En una persona diabética, dónde la secreción de insulina se ve afectada (diabetes tipo I) y por tanto para un control óptimo de la glucosa es necesaria la inyección de insulina, una falta de cromo se puede traducir en una verdadera dificultad para poder tener unos controles adecuados.
En cualquier persona, ya sea diabética o no, un déficit de cromo se traduce en unos niveles de glucosa en sangre no estabilizados, siendo el principal síntoma de este hecho un hambre incontrolada por los alimentos dulces.
Al tomar cromo, la persona diabética puede beneficiarse de tener unos mejores controles, y aquella persona que no lo es, puede controlar mejor su apetito por los alimentos dulces ya que sus niveles de glucosa en sangre permanecen estables, sin producirse ninguna bajada que nos empuje a comer.
El cromo se encuentra de manera natural en alimentos como la fruta, las verduras, los derivados lácteos y la carne, no obstante, la cantidad de cromo presente en estos alimentos puede no ser suficiente.
Si necesitas el cromo para regular la glucosa en sangre la mejor manera de tomarlo es mediante la complementación nutricional. Recuerda que siempre debes seguir las recomendaciones que se especifiquen en el etiquetado del envase.