Los trastornos gastrointestinales ocurren frecuentemente durante la infancia y las causas son diversas dependiendo de la edad del niño.
En los primeros meses de vida es usual sufrir diarrea debido a problemas de digestión frente a la leche, esto es normal debido a que el aparato digestivo aún no se encuentra en un completo estado de madurez.
En una edad más avanzada las diarreas suelen producirse cómo un mecanismo de defensa del intestino que intenta expulsar o limpiarse de algo que le es nocivo.
La diarrea se caracteriza por la evacuación de heces semi-líquidas, esto es así porque el intestino no absorbe toda el agua necesaria, para contrarrestar este hecho deberemos dar alimentos astringentes.
Este tipo de alimentos actúan reduciendo la motilidad intestinal (y con ello la evacuación) y equilibran la cantidad de agua presente en la luz intestinal (reconstituyendo así la consistencia normal de las heces).
Los alimentos astringentes aptos para los más pequeños son los siguientes: arroz blanco, manzana y zanahoria. No obstante, en una dieta blanda (una dieta dónde los alimentos son introducidos de forma progresiva para evitar la irritación intestinal) se permiten otros alimentos tales como: pescado hervido, plátano, pan tostado y jamón de york.
Estos alimentos permiten preparar platos sencillos y adecuados para el niño en caso de diarrea.
Es importante que durante las primeras horas del episodio diarreico se administren bebidas para la rehidratación oral, estas bebidas pueden ser las siguientes: suero para rehidratación oral o bebida isotónica para deportistas.
La bebida isotónica para deportistas es muy adecuada en niños pues tiene un agradable sabor y cuenta con multitud de sales minerales que el organismo debe reponer ya que se pierden con las heces.
Mientras sea necesario mantener una dieta blanda, se desaconseja completamente dar alimentos lácteos ya que éstos sufren un proceso de fermentación en la flora intestinal que durante un episodio de diarrea puede ser perjudicial.