Cuando se decide abandonar la lactancia materna es el momento de pasar a una fórmula adaptada pero se han comercializado una gran variedad por lo que no siempre es sencillo elegir aquella leche infantil que mejor se adapte a las necesidades del bebé. Para poder hacer esta elección de manera adecuada es importante despejar algunas dudas antes.
Sí, cuando una leche se comercializa es que ya ha pasado todos los controles de calidad necesarios. Estos controles garantizan que la composición de la leche contiene todos los nutrientes necesarios para la primera etapa de vida del bebé y en la proporción adecuada. Cualquier leche que no cumpla con estos requisitos nutricionales no puede ser comercializada.
Son varios los factores a tener en cuenta. El primero y más básico es la edad del niño. Durante los primeros seis meses de vida debemos elegir la fórmula 1, de los 6 a los 12 meses se debe elegir la fórmula 2 y a partir del año una fórmula de crecimiento, la 3.
Después debemos analizar si existe algún problema digestivo en concreto. Existen leches específicas para calmar el estreñimiento (AE), otras que son para bebés que tienen tendencia a sufrir cólicos (AC), también las hay para aliviar la diarrea (AD) y otras que son específicas para intolerantes a la lactosa o alérgicos a las proteínas de la leche de vaca.
En el caso de que el bebé sea prematuro o bien tenga unos requerimientos especiales, también hay fórmulas adaptadas que corresponden a sus necesidades.
Si el bebé no padece de ninguna molestia digestiva, cualquier leche infantil será adecuada, aunque los más pequeños pueden preferir algún sabor a otro, aunque no hay grandes variabilidades. En este caso sí que es importante guiarse por la edad, tal y como se ha especificado antes, y seguir las dosificaciones recomendadas por el fabricante.