El cuerpo humano está perfectamente equilibrado en cuanto al agua se refiere. Cierta cantidad de agua se encuentra fuera de las células (cómo es el caso del plasma de la sangre) y otra se encuentra dentro del medio celular. El agua que el cuerpo no necesita se depura con la sangre y se excreta a través de la orina.
En algunas personas este proceso no se da de modo tan equilibrado y aparece retención de líquidos. Ciertos factores de riesgo están directamente relacionados con la aparición de retención hídrica, entre los más notables podemos destacar: falta de ejercicio, vida sedentaria, malos hábitos alimenticios, insuficiente ingesta de agua o bien problemas circulatorios.
La solución a este problema no es única y pasa por un completo remodelado de los hábitos de vida. Las personas que sufren este problema deben beber diariamente 2 litros de agua aproximadamente, además de realizar ejercicio físico suave pero de forma regular, también es imprescindible seguir una dieta equilibrada y libre de toxinas (dentro de lo posible). Para lograr esta dieta es fundamental incluir de forma diaria en nuestra alimentación frutas y verduras.
Todas las frutas tienen un importante contenido en agua y por tanto todas pueden resultar favorables. Pero para calmar la retención de líquidos algunas frutas son imprescindibles, este es el caso de la pera, la naranja, la mandarina o la manzana (ya que tienen un altísimo contenido en agua y facilitan que el cuerpo la excrete en mayor medida), aunque otras frutas como el plátano, a pesar de no ser muy abundante en agua es imprescindible para mantener una buena diuresis del organismo (eliminación de líquidos) ya que tiene un alto contenido en potasio.