La vitamina A, fuente de salud para nuestro organismo, se refleja en nuestro crecimiento, piel, uñas, cabellos, e incluso en nuestra salud diaria, también si se sufren procesos infecciosos repetitivos y frecuente, en nuestros ojos, si se nota perdida de visón, o infecciones en los mismos.
Sin embargo siempre habremos de tener cuidado en la ingesta de la Vitamina A, pues tan malo puede ser un déficit de la vitamina en nuestro organismo, como un exceso, que puede provocarnos diferentes problemas desde irregularidades en la densidad ósea a desordenes del sistema nervioso.
Por lo general si llevamos una dieta equilibrada, con diversidad de alimentos no tenemos porque encontrarnos en ninguna de estas dos situaciones.
Es fácil hacernos con una lista de los alimentos que nos vayan a proporcionar esta vitamina A, ya sea que la obtengamos de las frutas y vegetales, o de los animales.
Entre los cereales destacan el germen de trigo y el maíz, por lo general la harina blanca tiene menos contenido en vitamina A que la integral.
En las verduras destacan la zanahoria, perejil, acelga, espinaca, calabaza, pimientos y tomates. Y en las frutas los albaricoques, melón, caqui, papaya, mango, melocotón, mandarina. Los frutos secos más ricos son el cacahuete, el pistacho y la almendra. Las frutas desecadas como los orejones o las ciruelas pasa también son ricas en vitamina A.
No hemos de olvidar los vegetales de origen marino, que a veces nos resultan desconocidos, pero llenos de virtudes, el alga nori es especialmente rica en vitamina A, en el mercado la podemos encontrar en hojas para que nosotros las tostemos, o ya tostadas.
De las carnes podemos destacar el hígado, tiene más cantidad el de cordero que el de ternera, y de los pescados el hígado de bacalao, y las anguilas, y en menor cantidad la contiene los mariscos.
Otros alimentos ricos en esta vitamina A son la soja, y su aceite, el aceite de oliva y girasol, la yema del huevo, aunque la contienen en menor cantidad, igual que pasa con la leche, siempre contendrá más cantidad las leches desnatadas enriquecidas, y los quesos.
Siempre la cantidad de vitamina dependerá de la persona, de su organismo y de su estilo de vida, por ejemplo un vegetariano estricto estará ingiriendo menos cantidades de las necesarias de vitamina A, y tendrá que compensarlo con una mayor ingesta de los vegetales y frutas más rica en esta.