La sal del mar es rica en minerales o nutrientes esenciales, pero además contiene menos sodio, ya que una cucharadita de sal marina contiene 1.900 mg de sodio, en comparación con los 2400 mg que contiene la sal de mesa.
También hay que teneren cuenta que los cristales de sal marina por lo general son más grandes que la sal refinada y tiene un sabor mucho más fuerte, por lo tanto es necesario una menor cantidad por porción para conseguir el mismo efecto.
La sal común o de mesa es refinada para purificarla pero en el proceso pierde todos sus minerales a diferencia de la sal de mar que es de origen natural, presentando por lo tanto niveles más altos de calcio y potasio, pero también contiene magnesio y éste es un mineral muy importante para el correcto desarrollo y funcionamiento de los músculos, incluidos el corazón, así como la correcta distribución del calcio en el organismo, siendo su mineral sinérgico (uno se potencia con el otro).
El sodio en exceso puede tener un efecto dañino sobre la salud, afectando en primera instancia el buen funcionamiento renal, pero la sal de mar puede ayudar a reducir el consumo de sodio a modo preventivo para la salud general, siempre y cuando no se prohíba totalmente su consumo al existir un problema de salud preexistente.
El potasio contenido en la sal marina ayuda a regular el sodio en las células, además de intervenir en el buen funcionamiento urinario y por lo tanto cardiaco, siendo éstas razones las que hacen de la sal de mar natural, una opción más saludable, sin llegar al exceso por supuesto.