El mango se caracteriza por tener una forma ovalada, con una piel fina, cuyo color variará en función del tipo de mango que se trate, puede ser amarilla, verdosa o rojiza. En su interior alberga un hueso duro, y su pulpa es suave.
Se puede encontrar en el mercado casi todo el año, puesto que la recolección del mango se realiza en diferentes épocas en función del país de donde proceda, sin embargo por ser el mango una fruta muy delicada tampoco se transporta a grandes distancias de donde se recolecta. Por lo general la mejor época para disfrutarlo es en invierno.
De las propiedades nutricionales del mango podemos destacar su alto contenido en agua, y en hidratos de carbono, de los cuales la gran parte son azúcares, por lo que el mango supone una fruta de alto contenido calórico.
El mango también contiene en provitamina A, vitamina C y E, además de B1, B2 y B6 entre sus propiedades nutricionales, además el mango es rico en potasio, y por otro lado resulta una fruta rica en fibra soluble y tanino.
El mango puede tomarse fresco, las frutas de más calidad y por tanto con mas propiedades nutricionales son aquellas que tiene la pulpa suave y dulzona, recuerda al melocotón, por eso en algunos sitios se le denomina el melocotón de los trópicos. Las piezas de mango pueden variar mucho de peso, desde cien gramos hasta casi los dos kilos. Y podemos añadirlo crudo en las ensaladas, o que sirva como base de zumos, postres, macedonias, e incluso el mango puede ser ingrediente básico de las mermeladas caseras.
El mango, sobretodo su variedad de piel verde, se puede cocinar como una verdura más utilizándolo como guarnición en platos de carne o pescado, sin olvidar que al someter los alimentos a cocción eliminamos parte de sus propiedades nutricionales, que quedan en el agua.