Las fresas son muy ricas en ácido fólico y vitamina C, una combinación muy importante para la salud general y particularmente en las etapas del desarrollo, por ello son un excelente opción para elaborar desayunos o meriendas muy saludables para los niños, que las aceptan muy bien por su riquísimo sabor y su llamativo color.
En las encuestas, los niños eligen a la fresa como su fruta favorita y los padres deben saber al respecto que las fresas no son bayas, ya que no contienen en su interior semillas y tanto las fresas como las frambuesas y moras, provienen de la familia de las rosáceas, que comenzaron a cultivarse desde principios del 1700 y desde entonces se las ha incorporado ampliamente en platos culinarios, así como también en la preparación de medicinas naturales por ejemplo los jarabes para la tos, que los niños recibían con todo placer.
Las fresas contienen una gran variedad de compuestos químicos muy saludables, tales como; antocianinas, ácido elágico, quercetina, enormes cantidades de vitamina C, además las semillas de la planta son una excelente fuente de fibra dietética, que favorece la saciedad y la salud digestiva, que principalmente en los niños suele ser siempre delicada, muchas veces por las malas combinaciones alimentarias.
La vitamina C contenida en las fresas es un antioxidante que estimula el sistema defensivo y repara los tejidos del cuerpo, así como mantiene las encías y dientes sanos, fundamental en la etapa del desarrollo donde se produce el cambio a la dentición definitiva.
Además, los estudios han determinado que los antioxidantes y nutrientes que se encuentran en las fresas ofrecen los siguientes beneficios para los niños; promueve la salud del cerebro, brinda protección contra el cáncer, ayuda a reducir el riesgo de diabetes y a la enfermedad cardíaca.
La nueva recomendación dietética de los organismos oficiales de salud, sugiere como ideal el consumo diario de aproximadamente cuatro tazas de frutas y verduras para el correcto desarrollo orgánico de los niños.