Antes de mencionar qué pautas básicas debemos seguir para evitar así la pérdida de masa muscular vamos a ver por qué resulta tan importante mantener un adecuado porcentaje corporal de músculo.
Si nuestro índice de masa muscular es alto significa que nuestro índice de grasa corporal está por encima de lo recomendado, es decir, tenemos una cantidad de grasa en nuestro cuerpo por encima de la establecida y esto resulta perjudicial, porque si bien no siempre indica que se sufre sobrepeso sí que es cierto que un exceso de grasa corporal significa poca presencia de músculo. También debemos recordar que parte de ésta grasa es visceral, es decir, oprime los órganos vitales y es un factor de riesgo para desarrollar una enfermedad cardiovascular.
Otro motivo no menos importante para evitar la pérdida de masa muscular es que el músculo es un importante regulador del metabolismo. El metabolismo es un conjunto de reacciones químicas que permiten una determinada gestión de los nutrientes, por ejemplo, un metabolismo rápido permite perder peso o mantener el adecuado y un metabolismo lento es el causante en ocasiones de una ganancia de peso o imposibilidad para perderlo.
Tener un correcto tono muscular es un aliado para prevenir enfermedades como el sobrepeso y la obesidad (y todas las demás patologías que se asocian a estas dos).
La pérdida de masa muscular se puede dar por varios motivos, uno de ellos sería una completa vida sedentaria (en la cual no se ejercita de ningún modo el músculo y éste se atrofia) la otra causa y además muy común, es una dieta de adelgazamiento inadecuada. Si perdemos peso rápidamente sin perder grasa, es porque en realidad estamos sometiendo a nuestro organismo a una pérdida de masa muscular.
Para evitar la pérdida de masa muscular en una dieta hipocalórica es importante asegurar un buen aporte de proteínas (aunque bajas en grasa). Por ejemplo, es imprescindible tomar al menos dos huevos a la semana (ya que el huevo es la proteína de más alto valor biológico), debemos tomar también una vez a la semana carnes rojas y de forma más continua pollo o pescado blanco. Ya que las cenas deben tener un menor contenido calórico la proteína de la noche debe ser ligera, como es el caso del pescado blanco, el atún o la caballa.