El aceite de palma es una grasa de origen vegetal que se obtiene del fruto de la palma (planta originaria de África) y que tiene distintos usos. En la alimentación se utiliza como aceite de fritura y también se añade a otros productos como por ejemplo pueden ser las margarinas. Normalmente el uso culinario del aceite de palma se da en zonas de Sudamérica, siendo por ejemplo inexistente su uso doméstico en zonas mediterráneas.
En la actualidad se ha hablado mucho del papel de las grasas y sabemos que algunas de ellas son perjudiciales para la salud ya que elevan el colesterol “malo” (LDL). Lo que no es tan cierto es que las grasas vegetales son las buenas y las animales son las malas, esta regla no tiene nada de veraz. Así, encontramos grasas vegetales como la del aceite de palma que son verdaderamente peligrosas para la salud.
Que una grasa sea peligrosa o no depende de su grado de saturación. Este grado es un concepto químico, pero para que se pueda entender mejor, generalmente cuanto más saturada es una grasa más sólido es su aspecto.
La grasa del aceite de palma es una grasa saturada en un 50 % y esto hace que tenga un enorme potencial para elevar los niveles de colesterol y en consecuencia se genera un gran riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.
Por el contrario, las grasas insaturadas son saludables para nuestro organismo ya que lo protegen de las citadas enfermedades, ya que estas grasas tienen otros efectos sobre el transporte del colesterol, y en ocasiones lo disminuyen.
El aceite de palma lo podemos encontrar en helados, en margarinas, en patatas fritas y otros productos de aperitivo fritos. Por este motivo es muy importante mirar el etiquetado de los alimentos para ver qué grasas lo componen. Tratándose de una grasa peligrosa para la salud es imprescindible restringir todo alimento elaborado con aceite de palma.