Según los especialistas de la Clínica Mayo este tipo de afección hepática suele descubrirse durante alguna prueba de rutina, así como también pueden llegar a pasar años antes de que produzca daño en el hígado. La hepatitis C se contrae a menudo a través de las relaciones sexuales o por compartir agujas con personas infectadas, así como recibir transfusiones de sangre contaminada.
Una de las mejores formas de sobrellevar la hepatitis C es con una dieta adecuada o sea que deberá incluir alimentos amigables para mejorar el estado hepático.
Entre los grupos de nutrientes más importantes en un dieta para la hepatitis C son las proteínas, ya que éstas ayudan a combatir las infecciones, sanan las células dañadas del hígado ayudando a mantener y reconstruir la masa muscular.
Los mejores alimentos para incorporar proteínas saludables a esta condición son; nueces, pescado y frijoles secos, ya que además contienen cantidades sustanciales de; zinc, vitamina E, vitamina B y hierro, este último debe ser controlado por que un exceso sería perjudicial para la salud hepática.
Los granos enteros son ideales para pacientes con hepatitis C, ya que contienen fibra soluble y esta induce a mejorar las funciones digestivas saludables y disminuye los niveles totales de colesterol en sangre. El arroz integral es otro de los alimentos más importantes para una dieta destinada a mejorar la hepatitis C, ya que es rico en fibra soluble, vitaminas del complejo B, vitamina E, magnesio, selenio y bioflavonoides, que apoyan la desintoxicación natural del hígado.
En una dieta natural para tratar la hepatitis C las fuentes vegetales frescas son muy útiles para la eliminación de los radicales libres y otros agentes tóxicos que puedan dañar el hígado, ya que contienen gran cantidad de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes, siendo las más recomendables para el tratamiento natural de la hepatitis C, la lechuga romana, espinaca, repollo, acelga, col rizada, hojas de mostaza, espárragos, judías verdes y alcachofas por ser muy ricas en vitamina C, potasio, ácido fólico y la silimarina, todos agentes favorables para la salud hepática.