Para saber si
nuestro hijo sufre o no estreñimiento
no hay una regla estándar y son diversos los factores que debemos tener en
cuenta.
Se puede hablar de estreñimiento cuando:
- Se reduce notoriamente la cantidad de heces que evacua el niño
- Cuando no existe posibilidad de evacuar el material fecal
- Cuando la evacuación es dolorosa debido a la sequedad de las heces
Es importante saber que el tratamiento del estreñimiento en el niño se consigue aplicando al menos tres medida:
- Cambios con el ejercicio físico
- Cambios en la ingesta de líquidos.
Los alimentos más
capaces de combatir el estreñimiento
son todos aquellos que se caractericen por tener un alto contenido en fibra.
Estos alimentos son los siguientes: pastas y cereales integrales, toda clase de verduras y hortalizas y todo tipo de fruta (especialmente la ciruela) que sea consumida con piel (exceptuando la manzana, ya que su función no es astringir ni otorgar motilidad al intestino sino regularizar el tránsito intestinal).
También puede ser útil dar yogures enriquecidos con bífidos, ya que estas bacterias siempre van a contribuir a un correcto funcionamiento del tracto intestinal.
Existe un grave error que se comete al incluir una gran cantidad de fibra en la dieta del niño con estreñimiento y es mantener la misma cantidad de líquidos.
Si se aporta fibra de manera extraordinaria pero no se aumenta la ingesta de agua, la fibra actúa como un tapón intestinal y empeora severamente el cuadro de estreñimiento.
Para que la fibra sea un aliado en el tratamiento del estreñimiento será imprescindible que el niño beba dos litros diarios al día entre agua y jugos naturales.
Para llevar a cabo un tratamiento completo y por tanto eficaz también será importante animar al niño a realizar alguna actividad física dentro de sus posibilidades, ya que el deporte mejora la motilidad intestinal.