La vitamina C es una de la vitaminas que forman parte de las hidrosolubles, es decir se disuelven en la sangre y en el liquido intracelular aportándonos sus beneficios, sin embargo se volatiliza muy pronto, tanto de nuestro organismo, como de los alimentos, por eso su ingesta ha de ser casi diaria.
Puede que sea una de las vitaminas más delicadas en el sentido que se destruye con gran facilidad, por ejemplo ante la exposición de la luz, o los procesos culinarios, como la cocción de los alimentos, donde se pierde gran parte de esta, por eso, siempre es recomendable el tomar los vegetales y frutas crudas, sin polar, para obtener de ellos la mayor cantidad de la vitamina.
Es generalmente conocido que la vitamina C ayuda a nuestro sistema inmunológico, si se encuentra integrada a una alimentación sana y variada, disminuyendo la predisposición o la intensidad de las enfermedades que se producen en los cambios de estación, cuando se pasa de frio a calor, o viceversa, rápidamente, en las que contraemos resfriados y gripes con más facilidad.
Sin embargo la vitamina ejerce más efectos positivos en nuestro cuerpo:
Así pues mas allá de prevenir o suavizarnos un resfriado, la vitamina C es necesaria en una alimentación saludable para multitud de funciones y prevenir enfermedades.