Se cree que los hidratos de carbono engordan, pero esto no es cierto del todo. Este nutriente es importante en la alimentación pues el organismo lo utiliza como una fuente de energía. Este es el principal motivo por el que los hidratos de carbono en una dieta hipocalórica son también necesarios, porque no podemos correr el riesgo de quedarnos sin energía, además, las neuronas sólo consumen glucosa (producto de descomposición de los hidratos y de las proteínas en el hígado).
Lo que verdaderamente importa en una dieta hipocalórica es que el balance calórico al final del día sea negativo, es decir, que se ingieran menos calorías de las que se gastan. Esto quiere decir que podríamos repartir los hidratos de carbono en forma inteligente para que no nos falte energía en ningún momento, y en total sumen pocas calorías al final del día.
Ahora bien, como ya se ha mencionado, la principal función de los hidratos de carbono en una dieta hipocalórica (y en cualquier otra) es el aporte de energía. Teniendo en cuenta la función básica de este nutriente, no tiene mucho sentido administrar hidratos de carbono por la noche, ya que generalmente no hay más actividad física que el sueño y por lo tanto no aprovecharíamos todas las ventajas que nos aportan estos alimentos.
Por el contrario, si queremos repartir adecuadamente los hidratos de carbono en una dieta hipocalórica para que nos faciliten la energía necesaria, debemos hacerlo del siguiente modo:
Esta distribución de los hidratos de carbono en una dieta hipocalórica está basada en la función energética de este nutriente y por tanto también se debe tener en cuenta la actividad física que realice el individuo. Siempre es aconsejable para evaluar todos estos factores acudir a un profesional de la salud.