El cuerpo obtiene la energía de los hidratos de carbono (azúcares tales como fruta o cereales) por tanto este grupo de alimentos debe constituir la base de la nutrición de un deportista (así cómo de cualquier otra persona) pero para tomarlos del modo adecuado hay que diferenciar entre los diversos tipos de hidratos de carbono.
Los hidratos de carbono de absorción lenta son aquellos que se consumen lentamente por el organismo y que éste puede ir gastando a lo largo del día, tales cómo cereales, legumbres y pan. Estos carbohidratos se deberían tomar en las principales comidas y especialmente con meses de antelación a una prueba deportiva que requiera gran esfuerzo ya que así constituirán las reservas de energía del organismo.
Los hidratos de carbono de absorción rápida están básicamente constituidos por frutas y azúcares refinados y son aquellos que el cuerpo consume con mayor rapidez y en primer lugar cuando debe hacer un gasto energético. Por tanto se debería tomar una ración de este tipo de carbohidrato antes de hacer ejercicio físico, para asegurarnos que al inicio de la práctica nuestro cuerpo va a tener suficiente energía.
A parte de un gasto calórico muy aumentado, algunos deportistas suelen presentar un gasto mineral importante. Esto es, porque durante la práctica de ejercicio físico con la transpiración se pierde gran parte de agua pero también de diversos minerales imprescindibles que ésta contiene.
Para evitar una descompensación brusca de minerales en el organismo, es imprescindible hidratarse antes, durante y después del ejercicio bebiendo agua o bebidas isotónicas.
La ventaja que presentan las bebidas isotónicas es que a parte de tener un contenido mayoritario en agua poseen glucosa (un hidrato de carbono de absorción rápida) y un gran número de minerales que se pierden con el sudor.